por: Alejandro Rivera
Cuando al hijo del hombre Jesús el Cristo, se le sentencio a muerte por crucifixión, muchos cristianos empezaron a ver aquel acto como una tragedia mas alla de lo que aquel hombre quería manifestar con sus designios divinos. Fuesen divinos o no, la crucifixión fue uno de los asesinatos mas fríos que puedan haber existido en la historia de la humanidad, no solo se ha ejecutado a aquel hombre barbado que se proclamo el Hijo de Dios.
La crucifixión es llevaba a cabo desde que nacemos, podemos decir que el seguimiento del cristianismo durante la vida de los feligreses es un prolongado camino lleno de contenido trágico que reviste un significado trágico donde Jesús, el máximo representante del cristianismo es aquel modelo a seguir en un repertorio de rituales que poseen aspectos simbólicos llenos de tragedia, sufrimiento, culpa, abnegación y sumisión.
¿El ser humano nace libre? Rousseau planteaba que sí, pero que estaba encadenado en todos lados, quizá aquel sea el pretexto perfecto que se utiliza bajo el “poder” de la iglesia católica y de muchas otras instituciones con ánimo de lucro y animo de encadenar. La libertad es lograda cuando la cruz y todos aquellos dogmas que se incluyen en el paquete catequista sean arrojados a una piara de fuego y nazca una perspectiva libre y sin tragedias espirituales. Esto es muy fácil decirlo, al menos para una persona cuyas creencias han sido desfavorablemente contrarias de aquellos creyentes acérrimos que no perdonan critica alguna, es fácil, si yo sufro con mi propia cruz, entonces también lo tendrán que hacer mis hijos y los hijos de mis hijos, como también al que conozco y al que no conozco. Piensa el creyente “si yo he de entrar al reino de los cielos será por ganármelo con el amor más profundo a Dios y también querré ver a todos aquellos que amo, y si me condeno por no llevar una vida virtuosa, entonces que los “malvados” también ardan en el fuego infernal”. El creyente vive un infierno trágico durante su vida y donde aveces la comedia son actos artificiales que usan hoy en día para poder alcanzar la gloria de Dios.
Piensa, pero no preguntes, mira pero no toques, toca pero no pruebes. Que nos querrá decir John Milton, ¿será que lee la mente de Dios? No, yo creo que más bien de leerla, él acata aquello que nuestros padres quieren y sin ser cristianos, la sociedad propone aquellos escalafones, donde pensar es válido sin preguntarse, luego de liberarse de aquel estigma, podemos preguntarnos sin sentirnos culpables y luego de eso podemos mirar, tocar y probar. ¿Qué le podemos preguntar a Dios entonces? ¿A qué juegas? Tu, Dios has sido un desastre y como espectador un inaportante. Ha enviado simbólicamente a su hijo Jesús a crucificarse y con él, a crucificar a millones de creyentes que viven hoy bajo los “designios” ya no del propio Dios, sino de la familia que sería aquel núcleo observador y juzgador de conductas inapropiadas. Si tú piensas y preguntas, miras y tocas, tocas y pruebas la cruz de la decepción estará puesta detrás de tus espaldas llevando consigo una muerte de la libertad y por ende una crucifixión en vida. Dios es como una familia abnegada al dogma, y no solo el cristiano, los hay judíos, hindúes, protestantes, católicos ortodoxos, musulmanes. La crucifixión de la libertad la ejecuta la familia que sería el ejemplo más “limpio”, “puro” y “virtuoso” de una sociedad “civilizada”.
La vida no es una tragedia, ni tampoco puede ser vista desde una perspectiva que traza destinos porque nada está escrito, el universo no confabula favoreciendo a los perezosos y desalentando a los seres libres de pensamiento. Las cadenas de las creencias irracionales son las cruces que llevamos desde pequeños, muchas veces hay individuos que mueren crucificados, donde su vida fue en ocasiones un espectro vacuo de pensamientos sin interrogantes.
Dejemos las cruces, ¡nosotros que no estamos condenados a nada! Podemos pensar por nosotros mismos, forjar aquel destino que en muchas ocasiones se cree que está escrito por alguien “superior”, ¿quién mas superior que nosotros mismos? La respuesta está en poder diferenciarnos de la ficción, la superstición y el engaño por la razón, la autenticidad y la libertad de escoger quienes queremos ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario