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miércoles, 26 de octubre de 2011

Código del menor


Código del menor
Más allá que un conjunto de leyes

No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es. Desde la infancia nos endilgan destinos ajenos. No estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios.
Alejandro Jodorowsky

Mi padre es una prisión, mi madre un sistema, soy lo que ustedes me hicieron. Los miro y me digo: ustedes quieren matarme y yo ya estoy muerto. Toda mi vida estuve muerto.
Charles Manson

La “sagrada biblia” es un código de moral, amor, doctrina y creencias que están conjuntamente unidas bajo diferentes sistemas que el hombre mismo creo llamados religión, sectas, grupos religiosos, etc. En todo caso, aquellos grupos son móviles que reúnen características más destructivas que constructivas, lo es igualmente el poco analizado y estudiado código del menor de nuestro país.
Cuando decidimos crecer, es decir, madurar y ponernos la máscara de adultos ante el resto de las personas, los comportamientos propios cambian, dejamos de ser niños, dejamos de comportarnos como infantes y es ahí cuando la naturaleza también procede en su qué hacer y empieza a trabajar como la ley natural dice. Dentro de nosotros, el contenido de aprendizajes también se queda, aquello que nosotros conocimos, aquello que en nuestra infancia sufrimos y disfrutamos, las escenas en las que participamos las cuales algunas de ellas nos llenaron el espíritu de felicidad o de tristeza, de angustia o de entusiasmo, de miedo o de valentía. Todo depende de cómo son los niños y esto es lo que muchos padres no saben, los niños, todos son diferentes, crecen de manera distintita, su cerebro se desarrolla de diferente manera, ningún niño es igual. Pueden tener comportamientos similares, como el juego, la curiosidad, la necesidad de protección, pero por dentro hay un cerebro totalmente diferente formándose y absorbiendo todo aquello que aprende, sea “malo o bueno”.

El artículo 30, que nos dice: Todo menor tiene derecho a la protección, al cuidado y a la asistencia necesaria para lograr un adecuado desarrollo físico, mental, moral y social; estos derechos se reconocen desde la concepción, es un articulo fundamental, preciso y conciso en lo que tiene que ver con la protección al menor, sin embargo en Colombia mas del 50% de los hijos que se conciben no son deseados, estamos hablando de más de la mitad de los niños que involuntariamente no pidieron venir al mundo, y para que van a venir? A sufrir innecesariamente bajo la encomienda de una creencia social que se rige a partir de los preceptos de lo que una familia supuestamente es. Aquí el problema no es de las leyes, puedo decir que las leyes están perfectamente adecuadas, y como lo he dicho en anteriores ocasiones, las leyes difícilmente se adaptan en un país donde el adulto hace inadaptable el ambiente donde los niños pueden vivir, los niños que serán los adultos del futuro, y que si se educan mal, serán los mismos adultos que hacen del mundo y su habitabilidad algo imposible.

“son deberes de los padres velar porque los hijos reciban los cuidados necesarios para su adecuado desarrollo físico, intelectual, moral y social”. El punto de este ensayo no es ensalzar a los “buenos padres” porque esa es su misión y tarea. Los felicito y que sigan haciendo su trabajo como es. El punto de este ensayo es que la poca acción por parte del gobierno, de los mismos padres en cuanto a velar por los cuidados de los niños ha sido casi nulo, aquí en Colombia desgraciadamente los niños son aquellos que más sufren, los que salen con una bolsa de dulces a montarse a un bus a vender para llevar a la casa el dinero que se ganaron, los que se paran en semáforos con artilugios empapados de gasolina para poder “entretener” la mirada indiferente de los conductores que conducen con afán a su trabajo o a sus casas. O aquellos que no salen de sus casas y cuyas vidas esta “mejor equilibrada” también sufren, tienen padres que violentamente castigan a sus hijos y peor aún, son aquellos que no supieron si sabrán como ser padres, los que tuvieron hijos por un compromiso social, por un deporte, por saciar un deseo absurdo familiar o peor todavía, porque Dios manda! Sin embargo, las leyes son inamovibles, la estupidez también lo es, y lamentablemente la gente inteligente se está acabando, se acaba y se va cuando los medios de comunicación y el televisor con sus novelas y realities invaden los cerebros quietos y poco creadores de las personas, cuando hay tiempo para preguntarse por las cosas, es cuando el “homo sapiens” con toda su inteligencia de gusano pequeño, se sienta al frente de un televisor a reírse de las pendejadas que hace la misma gente de inteligencia de gusano pequeño, mientras que en la calle, los niños que parieron los adultos, trabajan, o son violados, secuestrados para entrenarlos en frentes de guerra, o son explotados sexualmente, o son entregados y vendidos para trabajos forzados. Lo que pasa es que la gente que ve telenovelas y shows y realities no alcanzan a ver esta realidad… tal vez porque no pueden entender de lo que se trata, su intelecto deja mucho que hablar.
El código civil resume en pocas palabras actos humanamente posibles, protección, amor, inclusión, bienestar, salud, educación al menor. Pero también el código del menor, debería de ser un librito de bolsillo útil que se tenga que leer sobre todo a aquellos “padres” que les da por tener hijos y parir compulsivamente sin saber lo que están haciendo, tal vez si sepan lo que hacen, pero lo realizan de manera automática, como cuando se sientan en sus traseros a ver las telenovelas de nuestros patrióticos canales colombianos. Padres y madres, tener un hijo, dos o tres es más que un acto de reproducción, es una responsabilidad universal que está regida por las leyes de la naturaleza, si en vez de prender el televisor hoy a ver una telenovela, sería mejor leer como es el proceso de reproducción, nacimiento, ciclo de vida de los niños, no es necesario volverse un psicólogo del desarrollo o un pedagoga, solo es tener conocimientos básicos e importantes de cómo criar a un niño para que al menos este crezca normal en un mundo que tiende a enfermarse de odio, de intolerancia, de impunidad, de irrespeto a las diferencias. ¿O entonces por qué y para que lo vas a engendrar? Estas leyes hechas por hombres perfectos, no se adaptan aun a lo que en mi perspectiva parece ser el mundo, una gran ola de masa humana que oscila entre el bien y el mal, la perdición y las maravillas. Todo es un todo, incluyendo el bien y el mal. las leyes son para castigar a los bobos, y ser juzgados por los vivos.
Ahora, estos conservadores religiosos que dicen proteger a los niños y a la “vida” son increíbles, todos están a favor del no-nacido, harían cualquier cosa por el pre-natal, pero una vez que ya naces, estas solo. Los conservadores pro-vida están obsesionados con el feto, desde la concepción hasta los nueve meses, después de eso, no quieren saber nada de ti, ni de tus lloriqueos, no quieren saber nada. Ellos no te pagan ni el cuidado neonatal, ni la guardería, ni la comida escolar, ni la sanidad, ni la asistencia social, nada! Si eres pre-natal estas bien, si eres pre-escolar, estas mal. Pero estos conservadores y religiosos pro-vida, no son verdaderamente pro-vida, son anti-mujeres, así de simple, no les gustan las mujeres. Creen que el rol primario de la mujer es funcionar como una yegua paridora para el estado. No se ven a ninguna de estas mujeres pro-vida que se paran a manifestar por el aborto, como voluntarias para trasplantar un bebe negro o indígena en su útero, no las veo adoptar a ninguno de los bebes abandonados tampoco, tal vez eso sea algo que Cristo podría hacer. Los conservadores, militares y jefes del estado, quieren bebes vivos para criarlos hasta que sean soldados muertos.

Al fin y al cabo mi visión no es vista dentro de los estatutos normales de la vida del colombiano promedio. Aquí nos encanta ver niños “felices” el resto, los de la calle que no podemos ver, no nos importan. Y aquellos que dan su sonrisa y por dentro están podridos tampoco nos importa, porque lo más tierno y cariñoso es la sonrisa de un niño, aunque este no esté feliz. Ni siquiera aprendiendo o leyendo el código del menor, para aprender a ser padres, es necesario aprender a saber quiénes somos, como nos criaron, que nos hace falta, evaluar nuestros defectos, mitigar nuestras contradicciones, leer y dejar de aprender de la basura que presentan en la televisión, criticarnos a nosotros mismos, creer en nosotros, creo que es una de las mejores formas de volvernos cerca de buenos padres, luego de eso, podemos llamarnos padres, si somos capaces y responsables de serlo. De resto el código del menor estará acompañando al desfile de padres ineptos que bombean niños como si fueran productos de una fábrica paridera de criaturas que nunca se acaba.